Con PCs domésticos, de uso general o ordenadores de «bajas prestaciones», me refiero a los que tienen potencia suficiente para:
- Reproducir audio y vídeos, ver fotos, oír la radio o ver la tele (multimedia)
- Gestión de empresas o autónomos (Word, Excel, Contapluss…)
- Conectarse a redes sociales, navegar por internet.
- Servidor de archivos NAS.
- Máquina de videojuegos retro, o con bastantes años.
- Control robótico, domótica, vigilancia….
Es decir los ordenadores que tiene la mayoría de la gente en sus casas desaprovechados, y que con el software adecuado son suficientes para los usos enumerados, pero no para tareas exigentes como juegos actuales (gamers), diseño gráfico, o programas de i+d exigentes.
La nueva época a la que me refiero se inició en Inglaterra con un humilde proyecto llamado Raspberry Pi, ideado como un miniordenador, de reducidas prestaciones, a un precio nunca visto antes de 35$, para distribuirlo por las escuelas y así permitir a los estudiantes comprender mejor el funcionamiento de la informática y la programación. Su éxito ha sido arrollador, y no solo por las más de 1000000 de unidades vendidas hasta ahora sino porque en torno a él se ha formado una numerosa y entusiasta comunidad que aparte de las tareas que indico arriba, ha logrado hacer auténticas virguerías como podéis ver en este enlace.
¡Pero eso ha sido hace un año! Muchas empresas, viendo las ventas y el gran apoyo que ha recibido el proyecto, se han lanzado con sus alternativas con un precio algo superior, pero con mayor potencia y bastante mejor conectividad. Por citar algunas tenemos al NUC de Intel por 300$ que poco tiene que envidiar a cualquier sobremesa de precio similar, ODROID-X por 139$ (con el mismo microprocesador que el Samsung Galaxi S3), VIA APC Rock por 79$, Hackberry por 65 $, Cubieboard por 49$ (todos los precios son sin gastos de envío, y en dólares).
Hoy día es posible fabricar ordenadores capaces de realizar cualquier tarea cotidiana por menos de 100€, y con las ventajas añadidas de tener muy poco consumo eléctrico (por lo que prácticamente no generan calor), de producir muy poco ruido y de que son de dimensiones muy reducidas. Son resultado de los grandes avances que se han producido en miniaturización y abaratamiento de componentes, gracias al mercado de los Teléfonos Inteligentes y las Tablets. Tienen la ventaja sobre estos de que al estar libres de pantalla, fuente de alimentación y llevar menos memoria su precio es muy inferior. Por si fuera poco presentan un gran potencial de mejora en prestaciones y precios, que es lo que realmente me emociona.
Como parte de este nuevo concepto, hay que añadir que se busca que los primeros pasos resulten muy sencillos (sin sacrificar potencial futuro), para tratar de eliminar a todos los intermediarios posibles en el proceso. La idea es ir del vendedor al cliente directamente para ofrecer el producto más barato posible. Nada de reparar o substituir piezas principales ya que van soldadas a la placa, obsolescencia programada para seguir con las ventas y el i+d.
Hoy por hoy, en su mayor parte el gran público desconoce la existencia de estos mini-ordenadores, pero estoy seguro de que dentro de unos 3 años, se van a apoderar del mercado por su relación precio/prestaciones y porque su potencia será suficiente para casi todo. Van a ser un reto y una interesante oportunidad de desarrollo tanto para las pequeñas tiendas de barrio (que tendrán que adaptarse a los nuevos sistemas operativos, funciones y accesorios), como para los grandes fabricantes. Los más beneficiados seremos los usuarios, que por fin podremos tener ordenadores en casa, a precio de risa con nuevas aplicaciones inesperadas. El círculo se cerraría si la conexión a internet no fuese tan cara, pero creo que eso ya va a ser mucho pedir.